CORIA – En la ciudad de Coria, en Extremadura, se encuentra un puente que desafía la lógica: un puente sin río. Este puente, construido en 1518, se encuentra en medio de campos, lejos del río Alagón que alguna vez fluyó por debajo de él.
El río que cambió de curso
Los ríos son sistemas complejos que cambian con el tiempo y el entorno. En áreas planas, los ríos tienden a buscar el camino más fácil, erosionando las partes más suaves del terreno. Esto puede llevar a la formación de múltiples brazos de río, creando un sistema de «capilares» que hacen que las áreas de las vegas sean muy fértiles y propicias para la formación de meandros y brazos secundarios.
El destino del puente de Coria
En Coria, las inundaciones del río Alagón dañaron la estructura del puente y probablemente crearon brazos secundarios del río. Algunos creen que el terremoto de Lisboa de 1755 pudo haber sido la causa final de que el agua dejara de pasar por debajo del puente. A pesar de los intentos de redirigir el río a su curso original, el puente de Coria quedó sin río, dando lugar al dicho «Coria es una ciudad sin río y un río sin ciudad».
Un Thomasson en Extremadura
El artista japonés Akasegawa Genpei acuñó el término «thomasson» para describir estructuras inútiles que se conservan como parte de un edificio o del entorno construido, transformándose en una obra de arte en sí misma. El puente de Coria, sin río, es un ejemplo perfecto de un thomasson.
En resumen, el puente de Coria es un recordatorio de cómo la naturaleza y el tiempo pueden cambiar el curso de las cosas, incluso de un río. Aunque el puente ya no cumple su función original, sigue siendo un monumento a la historia de Coria y un ejemplo de cómo el cambio puede crear algo nuevo y sorprendente.